Escrito por: Gabriela Pérez Ledezma
Editado por: Giovanna Mendoza
Si bien desde un principio la serie se viralizó por tener un toque feminista y llegó a cautivar al público por promover el conocimiento de la mujer ante la sexualidad y también el derecho al placer femenino, se ha quedado corta en promover la realización femenina por una vía que no sea el mercado matrimonial. Entre los extravagantes vestidos y las escenas sexuales, se podría decir que es en esos rubros en lo único en lo que la serie ha innovado; funcionan como gancho al principio, sin embargo, el toque feminista es escaso y a veces nulo.
Eloise está apagada, es bueno ver que tiene una amistad con Crecida, demostrando así que se puede acabar con la enemistad femenina provocada por el patriarcado, pero odio pensar que va terminar casada, teniendo hijos y bordando en una casa. Quisiera ver que lucha por ir a la universidad y aunque no está mal querer la parte del marido, los hijos y la casa, la forma en la que se desarrolla este personaje sólo promueve con ello el amor romántico y no la realización profesional.
A la brillante Kate, quien soñaba con forjarse un futuro para sí misma al ser institutriz, la vemos ya más preocupada por conseguir un heredero, que por cumplir sus sueños. He aquí otro punto peligroso: ¿Realmente podemos creer qué un hombre como Antony Bridgerton dejó de frecuentar burdeles después del matrimonio? y ¿lo hará también Colin?
Estos arquetipos no pueden ofrecer nada prometedor, hombres así no deberían estar entre los prospectos de una mujer y recordemos que la prostitución es algo que no se debe de romantizar. La hipersexualización no es liberación femenina, la verdadera liberación está en ser consciente de que vas a compartir tu cuerpo y que las condiciones bajo las que se decida hacerlo sean óptimas. Si bien es cierto que estas escenas erotizan, no puede pasar desapercibido el hecho de que en la vida real, el tener relaciones con hombres que son consumidores activos del mercado de la prostitución es una gran garantía de ETS.
Otro tema a abordar es la maternidad, en esta temporada vemos a las hermanas mayores de la familia Featherington presionadas por su madre para embarazarse y así mantener la propiedad. Ambas no muestran un deseo genuino por engendrar y realmente ser capaces de brindar un cuidado maternal adecuado. Nuevamente es importante reflexionar y pensar en las implicaciones de las maternidades deseadas y no forzadas.
Estamos en una era en la que necesitamos nuevos ejemplos de figuras masculinas, cuyo papel sea el de convertirse en modelos a seguir para futuras generaciones, normalizando comportamientos como la responsabilidad afectiva por ejemplo; pues francamente, lo que ofrece Lord Debling de irse a explorar el mundo mientras una buena mujer lo espera en casa, no es algo prometedor y que acabamos de ver en Priscila, que la mujer que mantiene el calor de hogar no es suficiente.
Aunque no fue del agrado de muchas, por tomar demasiados minutos, la historia de los Mondrich si resulta ser revolucionaria al poner sobre la mesa el tema sobre cómo los miembros de la nobleza obtenían sus riquezas sólo por el nombre y el trabajo nulo.
No obstante, si considero revolucionario y feminista que Violet tenga una nueva oportunidad en el amor, ya que rompe con uno de los mayores esquemas que sabemos que al patriarcado no le gusta cambiar, las mujeres solteras y enamoradas de cuarenta, pero estas historias también existen y ciertamente tienen su encanto. Solo el tiempo dirá qué postura y cómo se tocarán diferentes temas en la serie. Lo cierto es que el poder de crear historias que impacten y logren una transformación social cuyo fin sea la equidad, será la mayor aportación del género del romance, digna de ser fomentada justamente mediante la premisa del amor romántico.
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