Escrito por: Belen Segovia

Una vez vi una película que de principio a fin me marcó por toda la historia y sin duda su final, recuerdo perfectamente bien como su protagonista lograba viajar en el tiempo y enamorarse a destiempo de una hermosa mujer…al final recuerdo una escena en donde el aprieta una moneda lleno de esperanza por un milagro…pero no llegó.

Este guapo hombre y joven escritor estuvo dispuesto a sacrificar su vida y su “tiempo el presente” en el momento en el que encontró al amor de su vida en otra época, suena bien, es más puedo decirte que suena perfecto, pero solamente es una película más de amor.

Y es que es muy curioso como desde hace tanto tiempo nos han idealizado las historias y expectativas del amor, nos lo ponen en libros, en cintas, canciones etcétera como una situación fácil, feliz y posible…la realidad es otra completamente, es difícil, es muy doloroso y es imposible en la mayoría de los casos.

NO ES COMO ENAMORARSE DE LA FOTOGRAFÍA

En la película que te menciono anteriormente nuestro joven protagonista queda flechado y enamorado al ver el retrato de una  hermosa y sonriente joven que resulta ser una famosa actriz del siglo XX  con la que se intriga a tal grado que decide indagar más hasta dar con un dato que lo llevaría a entender el reloj de oro que le fue entregado justo al inicio, su interés por saber más lo lleva a poder hipnotizar su subconsciente con una extrema medida de fe y convicción hasta transportarse 64 años atrás…para estar con ella

Te digo que suena bien, hasta sencillo…pero la realidad es que no es así, en la vida real no podemos alterar el tiempo, no podemos viajar en el para llegar a nuestro momento ideal… con nuestra persona ideal…por más que tengamos “fe” y “convicción”, la realidad es que no está en nuestro poder.

…PIDE QUE VUELVA

Si ya…con esto voy a terminar esta entrada, pidiéndote a ti que vas a leer esto que dejes de ver el tiempo en el reloj…que si a pesar de que no tengas el poder de pedirle al tiempo que vuelva…no dejes que se te escape…intenta una vez más, de verdad no regresa…aunque te aferres a tu moneda.                                      Solo pídele que vuelva.