Por: Mezzy Gozo
Editado por: Giovanna Mendoza
Hoy te traigo una nueva entrada, un poco polémica, a muchos no les va a parecer, a muchos otros sí, pero lo bonito de las opiniones, es que todos las tenemos y siempre podemos aprender algo de ellas.
Yo en lo personal, si bien no me siento feminista, estoy súper de acuerdo con la igualdad de género y que todos tenemos los mismos derechos, obligaciones, libertades y responsabilidades. Así como les indicamos a los hombres su responsabilidad de cumplir en los deberes de la casa, en lo personal, si me preguntan, también considero que la mujer, en la capacidad de sus oportunidades, debe aportar económicamente a casa, y cierto es, que dos ingresos en casa son mejor que uno, más si se tiene hijos, porque al final del día, los hijos son de los dos. Mismo caso con las obligaciones del hogar, el hombre tiene la misma obligación de lavar los trastes, bañar a los niños y sacar la basura que la mujer. Al final del día, un hogar es responsabilidad de los dos, porque incluso, si vivieran solos, lo tendrían que hacer de manera inevitable.
Sin embargo, –y es aquí donde tuerce la puerca el rabo jajaja– se estrenó la película de Barbie, y puff, la publicidad está bárbara como la propia Barbie. Tenemos Barbie presidente, Barbie ganadora del Pulitzer, Barbie Dua Lipa, hasta Barbie maltratada por la vida… Están brutales, la neta, pensaron en todo. Ahora vamos a la parte del Ken y es donde la cosa se pone un poco triste, para mi percepción. En mi particular manera de ver el mundo, siento que nunca es necesario demeritar a uno para empoderar al otro, la publicidad pone a Ken como “él es solo Ken”, reduciéndolo meramente al accesorio de Barbie, un reluciente y musculoso pedazo de plástico, ¿No se supone que nosotras mismas estamos luchando para que se nos deje de tomar por objetos bonitos y complacientes? Recordemos que el discurso de hoy será la realidad de mañana, nos preocupa el futuro de nuestras niñas, pero también no debemos olvidar el futuro de nuestros niños, debemos fomentar un discurso en donde todos –absolutamente todos– nos sintamos parte de algo más importante y trascendental: Ser mejores humanos.
Estaba viendo la película Pasante de moda en donde el personaje de Anne Hathaway es una exitosa CEO de su propia empresa de venta de ropa en línea, al hablar con sus coworkers varones, les denomina “muchachos” (boys en inglés) luego se corrige y los llama “caballeros” (guys) posterior a ello empieza a explicar “muchachos (boys), perdón, chicos (guys), disculpen, hoy en día nadie le dice hombres a los hombres, las chicas (girls) pasaron a ser “mujeres” (women) y los hombres a ser “muchachos” (guys). Es un problema, si lo piensan bien, mi teoría es, todos crecimos en la era del “lleva a tu hija al trabajo”, entonces siempre nos dijeron que podíamos ser lo que quisiéramos, hacer lo que sea, y siento que los chicos, no se quedaron olvidados pero si no tan cuidados.” Es aquí donde se logra visualizar un poco lo que quiero decir, no es detener el empoderamiento de la mujer, pero tampoco es momento de demeritar la postura del hombre, si nosotras mismas estamos luchando para que nuestra voz sea escuchada, creo que no deberíamos oprimir la voz del hombre, sabemos que ellos nos llevan años luz de ventaja en cuanto a beneficios, privilegios y logros, tienen una posición social más aceptada que la nuestra, pero podemos reorientar su discurso sin tener que delimitarlos a “solo es un Ken”.
Creo que la belleza de la sociedad actual es que todos tenemos derecho a un espacio y podemos tenerlo de manera pacífica y orientada. Pero bueno, esta fue mi lección aprendida, ¿Cuál es la tuya?
Besos
CONTACTO
Blog: Lección Aprendida
Instagram: @leccion_aprendida
Facebook: Lección Aprendida