Escrito por: Mezzy Gozo
Editado por: Giovanna Mendoza
Estoy viendo la serie The Bear, y –aunque suene muy amargado de mi parte, yo la empecé a ver antes de que verla fuera cool, jajaja, lo siento, soy esa clase de tonta pretenciosa– en la temporada dos, en el capítulo dos, la hermana de Carmy le dice: “Un chef cuida de sus comensales, pero no puedes cuidar de ellos si no estas bien tu” y a lo largo del siguiente episodio se explora esa idea como primicia, cuidar de ti mismo antes de que quieras arreglar el chiquero de los demás.
Hoy más que nunca lo entendí, no sé si es porque soy Libra y el mentado eclipse me va a afectar o ya me está afectando, o porque a mis ex les está dando por aparecer y decirme pura “graciosada” o porque… oootra vez, ya no puedo con mi tonta ansiedad, pero aaaa jolines como siento que estoy entrando en mi villain era.
Y es que, tengo muchos defectos, pero el mayor es… que les soluciono el pedo a todos –AAAAH como me mama ser la que resuelve–. El Meli se lo acabaron, me deben poner otro desgraciado nombre, porque el Meli nomás ya… “Meli me buscas” “Meli me pasas” “Mel me ayudas…” “Meli me imprimes” “Meli me la ch***” – bueno uno sí me dijo eso y fue un ex JAJAJA, nomás porque no andaba de humor, pero si le andaba tirando paro al pobre JAJAJAJA, “ay que resignada la niña” –.
Pero –de compas, neta– siempre soy la que resuelve, hace unos días tuve una crisis y le grité a uno de mis compañeros y le dije: “Parece que no se les puede pedir nunca nada, todo lo hago yo”. Sinceramente, si es así, soy la morra que te pasa el lápiz en el examen, la que te despierta si te quedaste mimido, la que te transfiere los 5 pesos para que saques $100.00 del cajero, pero, al igual que Carmy en The Bear, cargo el peso de todos, pero me aíslo para que mi peso personal no le caiga encima a nadie, de una u otra manera, ese siempre lo cargo sola.
Hoy me fui a caminar al bule y recibí un WhatsApp de una persona que me dijo: ven. Le pregunté: ¿por qué? y ¿para qué? y me dijo solo ven, en ese momento pensé: No.
¿Por qué decidí que no? Porque después de eso le dije que había ido al bule a caminar porque me sentía abrumada, con ansiedad, que no había sido una buena semana, pero él les dio prioridad a sus problemas, válido, si, pero su egoísmo me enseñó una lección: nadie debe cargar con mis broncas y yo no debo cargar con las de nadie. ¿Se le atoró el chamaco? Es su bronca. ¿Se le cayó el mundo encima? Que se lo levante. ¿Se está ahogando? Que aprenda a nadar.
Ya no voy a cuidar a nadie que no me de lo mismo a cambio, porque cuando se trata de mis pedos, me los fumo yo sola, nadie es para salvar un poco de Mezzy, nadie es para decirle a Mezzy una palabra de aliento o cuidar de Mezzy, más que mis hermanos y familia. Hubo una vez un cuate que me dijo: “Lastima que digas eso, si sabes que cuentas conmigo” pero siempre que le marco en mis ataques de ansiedad, el we nunca contesta, brillante su red de apoyo.
Decidí que –como Harvey Dent– o mueres como un héroe o vives lo suficiente para ser un villano. Y no es que me vuelva mala, es que es sano, muy sano, poner un límite a la bondad. Nadie es héroe de nadie, todos somos humanos y tenemos límites, necesitamos límites.
A partir de ahora, seré mi mayor prioridad y creo que todos lo deberíamos ser.
Esta fue mi lección aprendida. ¿Cuál es la tuya?
“The more people I cut out, the quieter my life got”
– Carmy, The Bear.
CONTACTO
Blog: Lección Aprendida
Instagram: @leccion_aprendida
Facebook: Lección Aprendida