Escrito por: Ana Laura Jarquín Garcia
Editado por: Giovanna Mendoza

Dicen que las historias no se acaban hasta que se olvidan, pasa el tiempo pero no pasa el amor. No te puedo olvidar, te busco entre las estrellas. Desde el primer día en que te vi, hubo conexión en esa mirada compartida, que se extendió a una sonrisa, que luego se convirtió en abrazo. Te veía y mi corazón sonreía, corría y te abrazaba, y todas las noches te pensaba. Eras la prueba de mi silencio, siempre pensando en ti. Cuando no buscaba a nadie llegaste tú, pero el tiempo nos daría un mensaje: se nos estaba acabando. Nunca podré dejar de pensar en un domingo 12 de mayo, flechaste mi corazón, tomaste la iniciativa de venir a visitarme cada día, no dejaba de pensarte, ocultando el secreto de decirte lo mucho que me gustabas, que enamorada de ti  estaba. El pasar de los días, las horas, y yo siempre pensando en ti y tú también pensabas en mí. El secreto ahora era para dos, no decíamos nada. Nuestros silencios me llevaban a preguntarme sobre el desenlace de la carrera ¿quién iba ganando? ¿será el tiempo?

Tomarte la mano y decirte que me gustabas, era mucho el tiempo, siempre tan lento. No podía decirlo y me preguntaba ¿me da pena?

¿Qué me dirá? Pero era emoción basta y mutua, lo amé muchísimo y él también amaba con sus ojos, durante esos momentos de felicidad.

Chistoso fue cuando lo confundí con su hermano, pensando que era él quien se iba a casar, me puse celosa, me solté a llorar, hasta que vi como eran en realidad las cosas.

Siempre me emocionaba cuando llegaba a mi casa a visitarme, me ponía nerviosa, pero me sentía feliz, con esa mirada que me enamoraba. Nos reíamos siempre, como aquel día en el que, saliendo de la preparatoria, se separó de sus amigos y me acompañó hasta mi casa, porque ya era tarde y en el camino se dedicó a contarme historias de cosas que le habían pasado, a cada segundo me enamoraba más.

Ya en mi casa me robó un beso, que con gusto yo le hubiera regalado, pero fue lo más bonito que me pasó esa noche.

Llegué a escribirlo en mi diario, él siempre me ponía feliz no sé cómo lo hacía pero jamás estaba triste, no sabía lo que me esperaba, lo peor de mi vida.

Después de tanto tiempo y risas a su lado, dejé de saber de él. Dos meses pasarón y finalmente me contó que había tenido un accidente mientras conducía, casi chocaba pero no pasó a mayores. De ahí el tiempo pasó, llegó el día en el que entre a estudiar al tecnológico, a un año de haber terminado la preparatoria y de su accidente.

¿Cómo iba a poder vivir sin él sin poder verlo, abrazarlo?

Siempre me preocupaba ¿habrá comido? ¿estará bien? ¿Le hace falta algo?

Así, de repente pasó, lo no que yo no quería que pasara, después de tanta alegría.

Y yo así, esperando el momento para decirle que gustaba mucho y que me moría por poder ser su novia, pero el tiempo me ganó.

Soñé cosas feas en la noche, el se quedó en mi casa a dormir, se le había hecho tarde, yo no pensaba y no imaginaba que iba ser la ultima noche que íbamos a estar juntos en la noche. Antes de despedirse de mí estaba a punto decirlo, de decirle que me gustaba, pero lo que hizo fue robarme un último beso, esa noche fue la última vez. Le dediqué su última canción en la tarde por la radio y en la noche se la canté viéndolo a los ojos, al otro día mientras él dormía apareció una sombra. Yo me iba a la escuela ese día, no sabía que iba a ser la última vez que me iba a dejar a la universidad, el último beso que me daría. Me dejó y de ahí a su casa se marchó, y a la 1:00 pm de un 12 de octubre falleció en un accidente. Saliendo de la universidad, me dijeron que tenía que ir corriendo a mi casa, dónde me recibieron con la noticia, de ahí fui corriendo a verlo donde estaba. Ese día me morí, de tanto dolor, no quería irme de su lado, le dije por última vez, que lo amé en secreto y que siempre lo amaría, aún después de la muerte. Siempre te amaré, nunca me fui de tu lado hasta que llegó el momento del entierro, no comí. Tres días pasaron, no pude dormir, porque no me quería ir de su lado, no sabía cómo vivir.

Siempre escucho girl in red We fell in love in October por que no dejo de escuchar el recuerdo del día en que lo conocí, los 12 de octubre siempre será en recordatorio de que el silencio de la muerte no te dice cuanto falta para que esa persona se vaya de tu lado y jamás la volverás a ver.

Todos los días dejo rosas en su tumba, nunca me olvido de él. Gracias por esos lindos días, te amo y nunca te olvidaré, gracias por hacer de mis días pura alegría, ahora desde lo más profundo de mi corazón no te voy a olvidar. Fuiste un amor de persona, gracias a la vida, gracias a ti aprendí mucho. Un día su tío me dijo: “muchacha ¿tú quién eres?” le digo “soy una amiga” me dice “dime la verdad ¿eres la novia de mi sobrino?” y le contesto viéndolo a los ojos, con las lágrimas empapándome las mejillas “no, pero me hubiese encantado” y en respuesta él solo me da un abrazo.

Me dolió mucho ese día, cuando yo misma me dije que quería ser su novia, pero ninguna palabra salió de mis labios, fue un amor en secreto, y la muerte el silencio.

Descansa en paz, siempre te voy a recordar, siempre te amaré, gracias por los bellos momentos y el tiempo que esta vida no pudo darnos más, será hasta la próxima. Donde sin pensarlo volveremos a estar juntos, por más que pase el tiempo jamás pasará el tiempo en el que fuimos tu y yo, trato de olvidarme pero mi corazón no deja de pensarte.

Con amor anita.