Escrito por: Anais Barrera
Editado por: Giovanna Mendoza

En nuestros veintes, muchas mujeres nos enfrentamos a una presión implacable: la autoexigencia. Nos imponemos estándares altos en todos los aspectos de nuestras vidas: carrera, relaciones, apariencia, y más. La sociedad nos bombardea con imágenes idealizadas de lo que deberíamos ser, y casi sin darnos cuenta nos encontramos luchando por alcanzar esas expectativas inalcanzables. Desde una edad temprana, se nos enseña a ser fuertes, independientes y exitosas. Pero a menudo, este mensaje se convierte en una espada de doble filo. Nos esforzamos por destacarnos en todos los ámbitos, sintiendo que debemos ser perfectas en todo momento. Sin embargo, esta búsqueda constante de perfección nos lleva a sentirnos siempre insatisfechas con nosotras mismas.

La comparación constante con los demás también juega un papel importante en esta lucha. Con las redes sociales a la vanguardia, es difícil evitar medir nuestro progreso y logros con los de los demás. Vemos las vidas aparentemente perfectas de nuestros amigos y conocidos, y nos preguntamos por qué no podemos alcanzar ese nivel de éxito o felicidad. Pero lo que no vemos detrás de esas imágenes son las luchas internas y las imperfecciones de quienes las publican. Todos tenemos nuestras propias batallas y desafíos, pero a menudo nos sentimos solas en nuestras luchas porque estamos demasiado ocupadas tratando de mantener una fachada de perfección. Es importante recordar que está bien no ser perfectas. Debemos permitirnos cometer errores, aprender de ellos y crecer en el proceso. También debemos ser amables con nosotras mismas y celebrar nuestros logros, grandes o pequeños.

La vida no se trata de cumplir con las expectativas de los demás, sino de encontrar nuestra propia felicidad y realización personal. Así que mujeres, en sus veintes, tomémonos un momento para respirar. Recordemos que está bien no tener todas las respuestas, que está bien tropezar en el camino y que está bien no ser perfectas. Lo que importa es que sigamos adelante con valentía, confianza y compasión por nosotras mismas.