Escrito por Giovanna Mendoza

Tik Tok es la red social que acuna los más increíbles, divertidos e inimaginables trends que se nos hayan ocurrido. Su interfaz de fácil enganche permite que cualquiera se haga famoso de la noche a la mañana, muchas veces debido a la singularidad del video que se publica, ya sea por que se trata de algo completamente novedoso o fuera de serie o por que se trata de algo extremadamente relatable. Todos y todas hemos sido víctimas de las corrientes y modas que tiktok impone, lo cual muchas veces es algo bueno, ya que nos ayuda a descubrir grupos, pasatiempos o incluso cosas que nos resultan interesantes, específicamente por que la app configura un perfil único para cada cual, de modo que el contenido que se te muestra tiene una alta probabilidad de conectar contigo; es por eso que elegimos este como tema de la primera entrega de esta columna que espero les guste y quieran seguir leyendo por mucho tiempo más.

Ahora, como mencioné anteriormente, si confieso que también fui víctima de la estrategia capitalista de marketing y consumismo que existe en tik tok, ya compré como 20 productos de skincare y un bloqueador solar facial que honestamente nunca uso, la famosa lavadora de temu llegó a mi casa solamente para quedarse guardada en su caja después de usarla por primera y única vez, al igual que un rimel que prometía pestañas imposiblemente largas, y que a mí me las dejó más caídas que antes y ciertamente no más largas, pero tendré que detenerme ahí por el bien de mi imagen pública, que no es que figure mucho de todas formas.

En fin, hace poco durante una de las cientos de horas que me paso crónica y despreocupadamente perdida en tiktok, me crucé con un nuevo trend que honestamente me puso a pensar, por primera vez en mucho tiempo debo decir; se trataba de algo llamado low y high visual weight, esté trend consistía en elegir cual te quedaba mejor de entre dos filtros, disponibles en la misma aplicación, que te permitían ver cual era “tu tipo de belleza”, de ahí derivaban muchos más videos en los que te recomendaban formas de maquillarte, vestirte e incluso productos que te recomendaban según la estética en la que encajaras, su hashtag tenía mas de 1000 mil videos agregados a él. Una semana después ese trend como muchos otros previos a él, había desaparecido. Y no es sorpresa en una red social cuyo funcionamiento es tan dinámico como tik tok, realmente es esta cualidad de inconsistencia lo que hace que se mantenga entre las aplicaciones más populares desde su lanzamiento, pues nunca sabes qué tipo de contenido te vas a encontrar en tu for you page. Sin embargo, esto levanta la pregunta sobre qué es lo hacen con nuestra salud mental estos trends tan pasajeros que es casi imposible poner uno en práctica cuando el próximo ya está tomando más popularidad, cada semana se lanzan nuevas estéticas o formas de vestir o maquillarse y son pocas la que permanecen un poco más que una semana, como el estilo coquette por ejemplo. Es agotador mantenerse al día con todas estas modas en todos los sentidos económica, social, mentalmente. No estoy diciendo que todos los trends que se promueven en tiktok sean malos, por que no es el caso, al contrario, creo que tiktok vino a democratizar el medio y el mercado en muchos sentidos, un ejemplo de esto sucede en el ámbito de la literatura o el mercado del publicismo de hoy en día; tiktok llegó para probar que actualmente no necesitas privilegios en medidas exageradas, ni grados de estudio para publicar tu libro, o promover tu música como artista independiente, sólo hace falta contar con dedicación, publicaciones consistentes y una fanbase de gente o seguidores que sean afines a tus opiniones y formas de ver el mundo.

El problema, surge cuando trends como este se bifurcan en caminos que desembocan muchas veces en formas tóxicas de encasillar, una vez más, los ya de por sí cerrados estándares de belleza “convencionales”, casi siempre siendo los femeninos a los que más se apunta, pero recientemente también a los masculinos. Y me parece importante recalcar que tal vez el enseñarte nuevas formas en las que puedes arreglarte, vestirte o recomendarte tips para cuidar de ti mismo y sentirte mejor con la manera en la que te ves, quizá no dispare un trigger o alarma para ti, tal vez incluso muchos de los trends terminan gustándote y es totalmente comprensible, es muy divertido seguir las modas. Pero, es cuando dejamos que la necesidad de encajar en estas modas nos consuma, cuando surge el problema. Por que si, ciertamente muchos de estos trends excluyen, queriendo o no, a unos o a los otros, bajo la única justificación de no encajar en su estética. Que tal vez tu piel no es lo suficientemente blanca o no tienes tanto dinero como para ser parte del dark academia, o tu gusto por el color negro es demasiado como para vestirte coquette, o te levantas demasiado tarde como para ser productive girlie, por mencionar algunos ejemplos. De modo que la forma en la que algo se ve es extremadamente valiosa, casi haciendo que gran parte, si no es que la totalidad, del valor de algo recaiga en cómo nos vemos físicamente o que tan estéticos nos vemos haciendo ciertas tareas, estrategia usada efectivamente por marcas de maquillaje, ropa, tecnología o incluso por la industria editorial para vender sus productos a determinado grupo de manera más efectiva. Cuando ese no debería ser el caso, sino más bien el poder disfrutar de cualquier trend que queramos sin importar como nos veamos y hacerlo únicamente por que lo disfrutamos.

No hay que comparar la belleza de nadie con la propia, ni mucho menos imponernos estándares de belleza o de modos de vida imposibles de cumplir, recuerda que cada quien vive bajo circunstancias que otros muchas veces no notamos, y que las redes sociales son solo un pequeño porcentaje de la vida de una persona. Muchas de estas trends nacieron inicialmente de la necesidad de tiktok como red social de crear una estética para todo, una selección curada supuestamente única para cada usuario, pero la verdad es que no todo lo que vemos ahí es real y a veces es fácil olvidarlo. Incluso las wellness-gym girls duermen hasta después de las 8 am algunos días. Entonces ¿qué es lo importante? justamente que no importa, que el trend en el que encajamos o no, no define nuestra belleza o valor. Recordemos siempre que todos estos trends son parte de un estrategia del medio para mantenernos interesados y también mantener a las redes sociales “frescas”, una estrategia de los equipos de marketing de las apps o de los influencers o incluso un simple invento de una persona común que encontró ciertas formas de clasificar algo con un nombre nuevo, para que haya un nuevo tema de conversación o una nueva discusión que tome lugar en sus plataformas; lo cual no está mal, sin embargo hay que aprender a diferenciar entre jugar un poco con el trend, las estéticas y nuestras opiniones al respecto; y dejar que el trend nos coma, que se convierta en la unidad de medida que dirija, cambie y maneje aspectos de nuestra vida, con los que francamente antes estábamos más que cómodos. Y con lo anterior no quiero decir que esté promoviendo quedarnos en nuestra zona de confort para siempre, al contrario, estar en constante cambio es algo bueno, incluso necesario, pero hay que diferenciar entre los cambios que vienen de nuestro deseo por algo nuevo y los que nacen de la influencia que otros tienen sobre nosotros. Reconozco que el cambio es bueno, siempre y cuando venga desde el autoconocimiento y el saber que lo que necesitamos es verdaderamente un refresh, algo nuevo, no de la necesidad de encajar en entre las etiquetas que las redes sociales tanto buscan pegarnos en la frente, como una estrella dorada por buen comportamiento en la primaria. Así que no importa qué tipo de trend sigas o practiques, si eres aesthetic, bélico, con estilo de vida productivo o si usas pantalones para tiendas o no, no dejes que los tends te encasillen, se gym girl y bélica y también coquette, se todas las combinaciones raras de trends que te gusten y diviértete haciéndolo. Recuerden, las opiniones siempre son variadas pero aquí hay lugar para todas, nos vemos en la próxima.